A medida que la ciencia va avanzando, nos damos cuenta de que los seres vivos poseen unos sistemas y
organismos muy complejos e increíblemente diseñados, y de que cada uno de ellos
cumple una función vital y muy importante en los seres vivos. En este artículo
vamos a hablar de un increíble sistema de transporte que posee nuestro cuerpo y
que muy raras veces nos detenemos para meditar en ello, este sistema es: “La
hemoglobina”
La hemoglobina es
una heteroproteína de la sangre, que
transporta el oxígeno desde los órganos respiratorios hasta los tejidos,
y el dióxido de carbono desde los tejidos hasta los pulmones que lo eliminan y
también participa en la regulación de pH de la sangre, en vertebrados y
algunos invertebrados.
Pero, según la teoría de
la evolución cualquier sistema o diseño complejo es producto de unas mutaciones
inconscientes que funcionan al azar. Y a pesar de que las mutaciones no tienen
ni ojos para ver ni mente para pensar, los evolucionistas alegan que son las
responsables de crearlo todo y de dar a cada sistema su función y su diseño adecuado.
Ahora bien les pregunto:
Si todo es producto de las
mutaciones inconscientes ¿Cómo pudieron estas mutaciones darle a la
hemoglobina la capacidad de transportar el oxígeno a todo el cuerpo y sacar de
ello el dióxido de carbono? Las mutaciones no tienen conciencia de lo que
es el oxígeno ni de dónde viene y ni siquiera a dónde debe transportarse pero
aún así ¡han podido saber que era necesario tener este mecanismo para
trasladar el oxígeno a todas las partes del cuerpo que lo necesitaban y que sin
ellos nadie podrá sobrevivir!
Es muy ridículo atribuir
este sistema de transporte tan complejo a unos mecanismos que no tienen
conciencia ni de su propia existencia. Una teoría basada en el azar y en las
intervenciones inconscientes jamás debe ser llamada como científica, sin
embargo, los evolucionistas se aferran en ella con el fin de dar sustento a su
ateísmo lo cual muestra que la teoría de la evolución no es sino una ideología
ocultada bajo el nombre de la ciencia.
Pero, como dice el Corán esta gente no
reflexiona, y si lo hace atribuye todo a las casualidades ciegas y a las intervenciones
inconscientes: “¿Es que no reflexionan en su interior? Alá no ha creado los
cielos, la tierra y lo que entre ellos está sino con un fin y por un período
determinado. Pero muchos hombres se niegan, sí, a creer en el encuentro de su
Señor.” (Sura 30: 8)
Y dice también: "Por cierto que en los cielos y la
Tierra hay signos para los creyentes. También en vuestra creación y en la
diseminación de los animales hay signos para quienes tienen certeza de su fe.” (Sura 45: 3-4)